jueves, 19 de enero de 2012
MEMORIA DE JAZZ, NOCHE EN UN INVIERNO BARCELONÉS
Cuando hacía frío, las calles se vaciaban al mismo tiempo que las botellas en los bares. Los roces de los pies por debajo de la barra, sustituían a las calderas. El contrabajo borboteaba en los corazones, dejando a las emociones en una nostalgia del futuro que terminaría en una difusa luz, enrojeciendo al espacio como si las paredes hubieran absorbido toda la sangre depositada en las copas. Al salir el sol, se anunciaba el fin del ciclo, mientras su luz, alumbrando los relieves de las sábanas, dejaba al descubierto la forma de todo el baile de las pieles.
Barcelona, Pablo Guillén, enero de 2012.
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